
Felipe Zárate estaba a finales de enero tomándose una cerveza cuando recibió un mensaje de Whatsapp de uno de sus amigos. “No me lo podía creer, mi amigo, que estaba en el Leroy Merlin de Elche, había reconocido mi foto de la Nit de l’Albà en un cuadro que estaban vendiendo”, explica ahora indignado este fotógrafo quien recuerda que su amigo le había dado la enhorabuena sin conocer que él en ningún momento había dado su consentimiento a esta empresa para que se hiciera con sus imágenes y las manipulara con el fin de obtener un beneficio económico.
Zárate, técnico de mantenimiento de la UMH, se llevó otra “desagradable” sorpresa cuando acudió al instante al establecimiento para comprobar con sus propios ojos lo que le habían contado. No se habían apropiado sólo de una fotografía suya, sino de dos. Ambas las había incluido Leroy Merlin en el catálogo de la colección dedicada a Elche y las estaba vendiendo a un precio que oscilaba entre los 21,90 y los 79,90 euros, en función del tamaño.
Desde aquel momento, Felipe Zárate transformó la indignación inicial en acción, pero tras comprobar que no le respondían a todas sus preguntas y que la empresa no estaba actuando conforme él entendía que era justo, ha tomado la decisión de denunciar a Leroy Merlin por un delito de propiedad intelectual.
Lo primero que hizo Zárate fue hablar con el encargado del gigante del bricolaje, el cual no parecía darle importancia al asunto hasta que Zárate le enseñó su foto original, en la que se habían basado para hacer la copia, rememora ahora. “Le cambió la cara y ya empezó a hacerme caso porque veía que podía llevar razón”, señala este funcionario. A continuación Leroy Merlin movió ficha. Mandó retirar todas las obras de la colección de Elche y un trabajador, vía mail, le mostró su “preocupación” por lo ocurrido y le remitió al proveedor de los cuadros, una empresa valenciana de nombre Molduras Gisbert.
Cuando Felipe Zárate le enseñó la fotografía al encargado del establecimiento, a éste “le cambió la cara”
Al poco tiempo, Zárate consiguió hablar telefónicamente con un empleado de Gisbert que le alegó, según su versión, que no habían podido contactar con él para pedirle permiso para hacerse con sus imágenes. En compensación por esta maniobra cuestionable de la compañía valenciana, ofrecieron a Zárate unos 100 euros a razón de 5 euros por foto que, según le explicaron, es lo que suele costar adquirirlas en un banco de imágenes online “y teniendo en cuenta que se habían vendido pocos cuadros”, añade Zárate, quien rechazó esta oferta porque entendía que el asunto no se podía zanjar así.
El problema que preocupaba a Zárate no podía quedar así porque él sabía bien cómo Molduras Gisbert tuvo que haber “robado” su fotografía. El único portal donde él la subió fue en la web www.enamoradosdealicante.com porque le apetecía “simplemente promocionar Elche”. Cuando uno accede a la página y busca las dos imágenes de la discordia, llama la atención (hagan la prueba) los anuncios que advierten de que las fotografías tienen Copyright. Hasta en tres ocasiones, para ser más exactos, se deja claro que el contenido que allí aparece no debe tener uso comercial, como finalmente ha ocurrido.
La empresa valenciana Molduras Gisbert, proveedora de los cuadros, cuyo precio oscilaba entre los 21,90 y 79,90 euros, dice que no pudo contactar con él y le ofreció 100 euros para zanjar el asunto
Pero vayamos más allá. Si aun así, no hiciéramos caso a tales alertas y quisiéramos hacernos con la fotografía, e intentáramos, mediante el botón derecho del ratón guardarla, nos aparece otro mensaje de alerta más que nos avisa de que para utilizar la imagen, deberemos contactar con el fotógrafo Felipe (y por supuesto, no nos deja guardarla). Entonces, ¿cómo se hicieron con la imagen? Zárate cree que hicieron una captura de pantalla de la fotografía o, peor aún, que copiaron los códigos de la web para saltarse todos los controles.
Lo gracioso (o triste, según se mire), de esta historia, es que el problema no hubiera existido si Molduras Gisbert simplemente hubiera pedido permiso expreso para usar la imagen. Porque, casualidades de la vida, una semana antes de que Felipe Zárate se enterase de todo esto, él mismo había dado permiso al diario Información para cederle gratuitamente una foto suya que aparece en la web antes citada para reproducirla en su anuario de la Costa Blanca. Así de fácil.
“Lo que más me fastidia es que Molduras Gisbert no me haya pedido todavía perdón y que Leroy Merlín sólo lo haya hecho de aquella manera y desentendiéndose del problema”, aduce Felipe Zárate. “Algunos me dicen que debería de estar orgulloso de que hayan cogido mis fotos y no cabreado, y yo les digo que no puedo estarlo porque se han saltado la ley. Por eso los denuncio, para evitar que le pase lo mismo a otros autores”, concluye.